Entradas

Mostrando entradas de 2015

Pudo haber sido tan hermoso...

Imagen
Foto de Chus Martin @lankara https://www.flickr.com/photos/lankara/17315793616/ Se bebieron una botella de vino viendo atardecer en el Templo de Debod. Charlaron y charlaron de lo divino y de lo humano, de lo que fueron, de lo que son y de lo que querían ser, de la vida y de la muerte, del amor y del olvido. En un momento dado se cogieron de la mano, como dos adolescentes. Silencios hablados, palabras silenciadas, carcajadas descontroladas, sólo ellos dos; el resto del mundo no existía salvo por una música de violines invisibles, pétalos de rosas flotantes y la expectativa de lo que estaba por venir. La penúltima en La Latina, la última en la casa de él. Bajo el felpudo de la entrada enterraron  el miedo al rechazo, los prejuicios y las moralidades. Con los ojos cerrados ella se dispuso a disfrutar de ese momento largamente esperado. Sentía su respiración entrecortada, el ligero temblor de sus piernas al roce del brazo derecho de él en torno a su cintura

¡Sólo tenía diez años!

Imagen
"Sin título" Foto de Chus Martín  https://www.instagram.com/chus_martin/ https://www.instagram.com/p/-YxoWMPov4/ A día de hoy sigo sin entender qué le llevó a hacer aquello. Quizás pertenece a la categoría de preguntas que nunca tendrán respuesta o que si llegan a tenerla no nos convencerá del todo ni nos consolará el haberla sabido. Todavía veo de vez en cuando a su madre cruzar por la plaza Santiago, siempre vestida de negro, pero igual de altiva y aparentemente distante de todo, como cuando él vivía. Nada en su cara ha cambiado. No ha envejecido. Y al parecer tampoco ha cambiado de casa y sigue viviendo en el mismo sitio en el que sucedió todo. ¿Por qué? Podían haberse permitido marcharse a otro barrio, a otra ciudad incluso, pero tanto ella como su marido, al que de vez en cuando he visto colgado de su brazo, vestido de traje corbata, tan altivo y aparentemente distante de todo como ella, han decidido quedarse donde estaban. ¿Un auto

Fintanela, Fintanela...

Imagen
Fintanela . Foto de Chus Martin @lankara. https://www.flickr.com/photos/lankara/23044840531/ Fintanela. Así la llamaba todo el mundo desde que hace un tiempo indefinido (unos decían que desde Nochevieja, otros que desde Semana Santa) apareciese por el barrio para hacer de sus calles su hogar. Dos cosas llamaban poderosamente la atención de Fintanela cuando la veías por primera vez: una era que realmente se trataba de un hombre de mediana edad vestido con ropa de mujer superpuesta sin ton ni son y sin sentido estético alguno y la otra eran sus labios garabateados de un intenso rojo pasión.    Se movía por el barrio de las Letras arrastrando un desvencijado carrito de la compra hasta que encontraba el lugar perfecto donde acampar ese día. Entonces sacaba de él un bulto cubierto por un trapo que fue blanco un día y desenvolviéndolo extraía como un mago de su chistera una caja de zapatos cuidadosamente conservada. Le quitaba la tapa que usaba después como una especie de

Desbancado

Imagen
Soledad .  Foto de Chus Martín. @lankara https://flic.kr/p/pfHKcv No fueron pocos los que apostaron que serías la próxima Penélope escocesa, en espera desesperada, mirando con ojos acuosos y cansados fijamente el horizonte, desde el alba hasta el ocaso, sol que viene sol que va, deseando obsesivamente ver asomar en la línea que separa mar y cielo la silueta de mi barco. Las apuestas más altas , sombras de desconfianza y de recelo, afirmaban que la embarcación sí aparecería puntualmente el día y hora señalados; pero yo no desembarcaría de él, ausente presencia, incumpliendo así mi promesa de regresar a ti.  Loca tú, creyente fiel, no perderías la esperanza y seguirías aguardando a que cualquier día a cualquier hora descendiese de cualquier navío, buscándote con la mirada para explicarte el motivo de mi retraso, me equivoqué de día, estaba enfermo de muerte, perdí el tren que me llevaba hasta él, sufrí un secuestro, mi pasaporte estaba caducado... Y t

¡Un helado de vainilla, por favor!

Imagen
"Doña Vicenta".  Foto de Chus Martin. @lankara https://flic.kr/p/vXsaKj ¿Y qué quiere que le cuente una vieja como yo, joven? Mi vida es de lo más normal, aburrida diría yo, pero ya que insiste tanto y me he comprometido a ayudarle en su estudio, pues, allá voy. Me llamo Vicenta, tengo más de setenta años y menos de ochenta, permítame que conserve algo de coquetería y no le diga mi edad exacta. Tengo tres hijos, siete nietos, dos perros, un gato, doce gallinas, un gallo y un marido, Enrique, quien aún me acompaña cada mañana a trabajar en la huerta. Mi fruta favorita es la uva y siento pasión por las hormigas, nunca he sido capaz de matar ni una, tan trabajadoras, tan sobrias ellas. Tuvimos varias tierrucas que nos permitieron sobrevivir y alimentar a mi familia pero hoy están yermas, como mi cuerpo, gracias a que la pequeña pensión que percibimos nos permite disfrutar de nuestra vejez con cierta holgura. Mi color favorito es el rojo aunque en

Ochenta y siete escalones

Imagen
"Rayo de luz en la escalera". Foto de Chus Martin @lankara https://flic.kr/p/rqsjxh   Cincuenta y ocho mil cuatrocientas son las veces que aproximadamente he subido y bajado las maravillosas escaleras de mi casa a lo largo de mi vida. Los primeros escalones que subí gateando fueron éstos, con el consiguiente chichón en la cabeza producto de mi piel acariciando el suave y frío mármol. A fin de evitar ulteriores caídas, tanto mías como de otros vecinos, en la siguiente Junta de Propietarios se aprobó por unanimidad la instalación de tiras antideslizantes.    A los dieciséis años me rompí el brazo izquierdo al querer volar por ellas propulsada por la alegría de mi primera cita con Mario mezclada con el miedo a llegar un segundo tarde. A fin de evitar ulteriores intentos de emular a Ícaro, en la siguiente Junta de Propietarios se aprobó por unanimidad la instalación de una barandilla dorada.   A los diecinueve años esta

Sé impecable con tus palabras

Imagen
Sí, lo sé, mi mantra los últimos días es precisamente éste: "sé impecable en tus palabras". Sin embargo, aunque la teoría me parece sencilla y por más que en mi mente recree una y otra vez cómo me voy a comportar la próxima ocasión en la que mi aprendizaje se ponga a prueba, cuando llega ese momento, no hay manera de ponerlo en práctica. Ése siempre ha sido, es y será mi problema: la impulsividad. Mi lengua es más rápida que mi mente y mis cuerdas vocales se coordinan a una velocidad que despeinan a las neuronas. Pobres neuronas... a ellas les toca después lidiar con los remordimientos y los cargos de conciencia mientras que las espabiladas de las cuerdas vocales bailan samba con la lengua indiferentes a lo que ha sucedido y sin ser conscientes de la que han liado por ser tan rapidillas.   Ser impecable en tus palabras es la regla número uno de la filosofía tolteca para vivir con más autenticidad tu vida y disfrutar más de uno mismo. A continuación están  la regla

Menos mal que no te fuiste...

Imagen
"Las espigadoras" Jean François-Millet  - Como aquella vez... aquella vez sí que creí que te marchabas... - Calla, mamá. Tienes que descansar. - Aquella vez pensé que te perdía de verdad. Hiciste hasta las maletas y todo... ¿Qué he hecho mal? Pensaba una y otra vez. ¿Qué he hecho mal? - Pero... ¿qué dices, mamá? Estás delirando. Cállate y duerme. - Y tu padre como un loco, y tú como una loca también. Porque vale que él no llevaba razón, pero tú tampoco, tampoco la llevabas. Con ese carácter que tienes... Desde pequeña ya se te veía el carácter que tenías. Igualita a tu padre, aunque no lo reconozcas, igualita a él, aunque te duela, como dos gotas de agua sois... - Mamá, por favor - supliqué cogiéndola la mano que yacía casi sin vida sobre la cama - como no te calles ya voy a llamar a la enfermera para que te traiga un somnífero o un calmante... - ¡No!, ¡eso no! - gritó suplicante mirándome con más energía de la que pensaba que sería capaz d

Nombres congelados

Imagen
"Nevera nueva". (1991-1994). Antonio López - Hoy me he quemado con el horno al sacar las magdalenas, TUS magdalenas favoritas ¿ves? ¡esto es horrible! ¡Pero mira cómo me ha quedado el antebrazo! Cómo para salir así a la calle en manga corta... parezco una leprosa. Pero, ¡MÍRAME!.   - Siempre te quemas cada vez que haces NUESTRAS magdalenas - se limitó a responder él, con un hastío resonante en la voz mientras seguía comiendo mecánicamente las patatas asadas sin apartar la vista de la televisión. A punto estuvo de decir que las magdalenas eran realmente las magdalenas de ella, ya que las hacía con cierta frecuencia con la excusa de complacerle a él para luego comerse ella prácticamente todas. Pero no estaba, chiste fácil, el horno para bollos. Veinte nuevos desahucios se habían ejecutado hoy en la ciudad a pesar de la resistencia de varios grupos de vecinos encadenados a la puerta de la vivienda, contaba en ese momento, impávida, la atractiva presentadora del T

La ciudad desenamorada

Imagen
"Los funerales del poeta".   (1917-1918). George Grosz "Corintios 13:4-7 El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta." (1) Ya no podíamos contar con él. No pudo soportar tanta humillación, mentira, falsedad, tanto maltrato y abuso de su nombre, tanta lágrima a medianoche y burlas malintencionadas. Por eso un día la ciudad amaneció inundada de grafittis en sus edificios, en el asfalto de sus calles y en las nubes que esa mañana fueron a visitarla, diciendo: " Estoy harto de ser un incomprendido.   Me largo.     Firmado: El Amor". Los vecinos salieron a la calle notablemente diferentes, con el corazón pesado, los puños apretados y el paso firme dispuestos a se