Lecturas de septiembre


 «Cuando las palabras demasiado leídas se vacían de su significado, por fin aligeradas, recorren su camino.» Las Retrasadas. Jeanne Benameur.

L@s que seguís este blog os habréis dado cuenta de que no hay clasificación de lecturas para el mes de agosto, y es que, al contrario de lo que le pasa a muchas personas, yo cuando menos leo es cuando estoy de vacaciones. De hecho, para ser honesta, solo (re)leí «Cumbres Borrascosas». Eso sí, me deleité con su (re)lectura, me frustré al darme cuenta de que había muchísimas cosas que no recordaba de ella, y me fascinó descubrir que, pasajes que en su momento (hace ya la friolera de veintidós años) me impactaron, en esta segunda lectura me pasaron desapercibidos y viceversa. Emily Brönte no tiene edad, es atemporal, leas en el momento que la leas no deja indiferente y me sigue sorprendiendo cómo una mujer como ella, que en apariencia llevaba una vida casi monástica dedicada a la escritura, logró profundizar tanto y tan acertadamente en cuestiones como la autodestrucción, el desprecio, las pasiones convulsas, el desasosiego. Y, dicho esto, paso a la clasificación de septiembre, un mes en el que he recuperado mi ritmo lector <33


1. Las retrasadas. Jeanne Benameur. Ya lo dije en alguna ocasión y no me canso de repetirlo, de las mejores lecturas de lo que llevo de año. Quizás porque no tenía ninguna idea preconcebida sobre este relato de apenas setenta páginas; quizás porque por su brevedad me quedé con ganas de muchísimo más; quizás porque el tema que trata: ese vínculo materno filial que siempre resulta tan complejo, tan «feroz», que diría Vivian Gornick; quizás por la voz tan compasiva pero realista de Jeanne; quizás porque sus tres personajes me han enamorado, cada una por sus luces propias, cada una por sus sombras; quizás porque me sentí identificada con todas ellas, las entendía, las sentía parte de mí... Quizás... ¡Yo que sé por qué! La cuestión es que esta joyita, pequeña en extensión, enorme en calidad, se ha convertido en uno de mis libros de cabecera, en uno de los tesoros de mi librería. 


2. El papel pintado amarillo. Charlotte Perkins Gilman. Charlotte siempre negó que esta historia la sucediese a ella pero lo cierto es que la forma en la que narra cómo el papel amarillo de la habitación va poco a poco apoderándose de la mente de la protagonista hasta engullirla es tan verosímil que el mérito en este caso de Charlotte es doble. Por un lado, la forma en la que ahonda en la depresión posparto proyectando en ese papel amarillo el estado mental de la mujer. Por otro lado, la fabulosa imaginación de Charlotte que logra en este pequeño relato crear todo un referente en psiquiatría sobre la depresión y las primeras señales de inestabilidad mental. Otro libro, al igual que el anterior, de extensión breve (apenas 90 páginas con prólogo del traductor y nota de la autora incluidos) que a cada golpe de cambio de página incrementa la sensación de angustia, el sofoco, el encogimiento de espalda, la necesidad de huir corriendo, de quienes lo leemos. Una cosa tengo clara: nunca empapelaré una pared de mi casa con un papel de color amarillo. ;-)

3. La hija oscura. Elena Ferrante. En varias ocasiones me han preguntado: ¿qué te gustó más? ¿la saga de las dos amigas o estas crónicas del desamor? Ahora que he leído ya todas no tengo ninguna duda: Las Crónicas del Desamor, y dentro de ellas, esta hija oscura. Ferrante es brutal. No apta para todos los momentos, ni para todas las sensibilidades. Si Charlotte Perkins nos asfixia con el papel amarillo de la pared, Ferrante nos ahoga con pañuelos, bragas, muñecas... Nos zarandea al montarnos en un autobús, nos manosea en rellanos de escalera, nos encierra en ascensores, nos convierte en seres mezquinos que robamos muñecas a niñas de dos años. En definitiva, nos pone frente a nuestros miedos reprimidos, a nuestros recuerdos encerrados bajo siete llaves, haciéndonos revivir infancias y maternidades que, siendo de las mujeres de sus relatos, nos cuelga como si fuesen nuestras. Tremenda Ferrante. Oscura Ferrante. Quizás o la amas o la odias porque no deja indiferente y yo la amo. Me da igual quién esté detrás de este pseudónimo. El contenido es lo importante y a mí me ha enamorado.

4. La plenitud de la vida. Simone de Beauvoir. Continuo con mi colaboración en el proyecto @AdoptaunaAutora con mi segunda adoptada, mi Simone de Beauvoir. Este segundo volumen de sus memorias, si bien me ha parecido más denso que el primero, Memorias de una joven formal, me ha servido para acercarme más a esta mujer y a entender cómo llegó a convertirse en la madre del feminismo. Se desnuda descubriéndonos a una Simone individualista e ingenua, preocupada únicamente por sus propias inquietudes existenciales, y que da la espalda a cualquier acontecimiento político. El nazismo comienza su andadura mientras ella, en compañía de Sartre, se dedica a viajar a Grecia, España, Marruecos... convencida de que al todo se solucionará. Observa cómo la Guerra Civil estalla en España, los países europeos no reaccionan, se basan en el principio de no intervención, y ella misma se miente creyendo que al final los republicanos ganarán y todo quedará en un susto. Simone se reprocha a lo largo de todo el relato su torpeza y candidez. Los conflictos bélicos marcan un antes y un después en su vida. A partir de ese momento se compromete a dejar de lado su apoliticismo y comenzar a luchar activamente. Este es el germen del Segundo Sexo y de la nueva Simone. Todo narrado con ese estilo tan elegante que la caracteriza y con una gran profusión de datos culturales e históricos de la Europa de los años treinta y cuarenta del siglo pasado. Ay, Simone...

5. Mi prima Rachel. Daphne du Maurier. Lo confieso: me declaro fan total de Daphne du Maurier. Es lo primero que leo de ella (a pesar de haber visto adaptaciones cinematográficas de sus novelas) y me ha fascinado la forma que tiene de atrapar al lector. Es una novela circular a fuego lento de la que destaco especialmente ese final que nos envía de nuevo al principio y esa sensación que nos deja de inquietud porque nosotros, al igual que el propio Philip, el narrador de la historia, tampoco llegamos a conocer realmente a Rachel. Si les gustan las historias con finales cerrados, cabos atados y preguntas contestadas, esta no es su historia porque Daphne, al igual que sucede en la vida real, no es un candado. Nos deja a nosotros elucubrar sobre qué pudo pasar realmente, nos deja rastros de migas para que nosotros los sigamos... Qué bien cuentas las historias, Daphne.

6. Amor no correspondido. Barbara Pym. Divertidísima. Disfruté muchísimo leyéndola, especialmente porque en plena faena de regreso de vacaciones, vuelta al trabajo e inicio del cole de mi peque, lo que necesitaba era leer algo entretenido, amable, y si estaba bien escrito, aun mejor. Bien, pues Barbara Pym llegó a mi vida en el momento perfecto. En esta novela costumbrista de los años sesenta, ambientada en Londres, Pym nos traslada a una clase social en la que aun se tiene en cuenta a qué hora se puede hacer una visita, qué llevar, como ir vestido, cómo comportarse, y en la que, por supuesto, cualquier inquietud se resuelve con una fuerte taza de té. Sin embargo, si les soy honesta, no me he sentido identificada con las mujeres de Pym. Esa protagonista que se convierte en detective siguiendo cualquier pista que desvele hasta el más mínimo detalle del hombre del que se ha enamorado; esa amiga que se embarca en una relación por despecho para no quedarse como una solterona; esa superficialidad en el trato entre hombres y mujeres... Tenía muchas ganas de Pym y su estilo divertido así como su calidad literaria no me han defraudado; sin embargo, su trasfondo sí me ha decepcionado... :(

7. Un buen tipo. Susan Beale. La historia personal de la autora es interesantísima y ayuda a comprender por qué escribió esta historia ambientada en el Boston de los años sesenta, ya saben, la época en la que la sociedad de consumo se asienta, el ideal de mujer como esposa y madre perfecta y feliz se vende a destajo, y en la que vales por lo que tienes más que por lo que eres. Beale fue adoptada al poco de nacer y al hacerse adulta comenzó la búsqueda de su familia biológica. En un intento por entender los motivos que llevaron a su madre a darla en adopción, y haciendo gala de una narrativa brillante (no en vano ella es profesora de Escritura Creativa), Susan Beale se inspira en su pasado para recrear una época de una forma tan brillante y veraz que parece que realmente se escribió entonces. Una obra que ahonda en cómo a veces, intentando hacer lo correcto, se complican más las cosas, cómo una mentira lleva a otra y cómo quienes lo hacen son, sin embargo, "buenos tipos". La ambición, la frustración y las mentiras que se cuentan y se creen, son los leit motivs de esta primera obra de una autora cuya trayectoria seguiré sin duda. 

Comentarios

  1. ¡Querer comentar y no saber ni por dónde comenzar! AH. *_*
    Me apunto los dos primeros títulos sin mirar la longitud de mi lista. Oh, Daphne du Maurier, leí una antología de relatos hace un tiempo... Y CÓMO ME FLIPÓ. AH. SÓLO CON RECORDARLO. Me encantaría seguir leyéndola, pero esto es con todo... con absolutamente todo. No da la vida. ¡Ay! Simone de Beauvoir, también me pregunto cuándo volveré a leerla. No sé cómo lo consigues, pero siempre acabo escribiendo entre jadeos, fangirleando. En cuanto a los dos últimos títulos, no me llaman tanto la atención, aunque sé que si los leería, me gustarían. *_* Pero tendré que priorizar. Ni modo. Es la única forma. >.<
    ¡Me encantan estas listas tuyas con el resumen de las lecturas!
    Y qué ganas de seguirte durante #LeoAutorasOct. ;) ;) ;)
    ¡Abracitos!

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    1. Simone... hay que dedicarle tiempo y ya sabemos que eso es complicado. Me pasa a mi con Pizarnik... cuyos diarios tengo abandonados y voy siguiéndolos con citas suyas que nos regalas de vez en cuando. El tiempo... Priorizar es la única opción, sin duda alguna. Y, puestas a priorizar te recomiendo sin duda los dos primeros, no solo por su longitud sino, sobre todo, por su excepcionalidad. Creo, por lo que veo según tus gustos, que no te van a dejar indiferente.

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    2. Ay, que se me olvidaba ese abrazo gordooooooooo

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  2. ¡Vaya lista de otoño más interesante nos has regalado!
    Raquel, igual que tú, yo también leo menos cuando estoy de vacaciones jajaja. Será que la lectura me evade de mi día a día...Comparto tu FAN-Cinación con Du Maurier. Tiene algo en su narrativa que te hipnotiza página a página. Me resultan interesantes Las retrasadas y El papel amarillo, que tendré la oportunidad de estudiarlo este curso en la asignatura Literatura y Género. Como siempre, cuando leemos tus "LECTURAS", acabamos diciendo cual mantra "So many books, so little time..." ¡Un abrazo!

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    1. Es el peligro de pasear por los blogs, que ese mantra se repite con gran desasosiego en nuestra cabeza. Ay, y todo lo que queda por leer. Al menos, lo que me consuela es que las lecturas que acabo me dejan un sabor de boca tan maravilloso que pienso: hice bien dejando este libro a medias... y optando por este otro. Cada vez reivindico más el derecho a leer solo aquello que verdaderamente nos llene y nos guste.
      Un abrazo gordo y muchísimas gracias por pasarte por aquí. <33

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  3. No sé qué hago últimamente que siempre llego tarde a tus post!!Tengo que organizarme de nuevo las visitas xD
    ¿¿¿¿Y qué te digo ahora con semejantes lecturas???!!! Cada vez más perpleja con tu nivel lector, Raquel, de verdad eres una fuente de conocimiento lector! (una de las culpables de que mi lista nunca pare, por cierto )

    Te diré que Cumbres es uno de mis libros favoritos, tengo pendiente relectura con la maravillosa edición que sacó Tres hermanas el año pasado, fue un capricho pero es tan completo que no podía dejarlo escapar jejeje

    El de Amor no correspondido lo tengo pendiente, con muchísimas ganas porque suelo leer a Pym por estas fechas, disfruto mucho con su estilo tan british ^_^ y tengo taaaan buen recuerdo de Mildred que estoy segura que la prota de este me va a conquistar!

    El papel pintado de mis eternísimas pendientes, de hecho cuando leí Solterona de Kate Bolick, Charlotte es una de sus despertadoras y ya ahí subió puestos. De aquí a final de año, hueco asegurado.

    Bueno y qué puedo añadir de mi queridísima Daphne!!! Sólo leí Rebecca y me maravilló ...tengo pendiente Mi prima Rachel, porque quiero ver la adaptación, que tiene una pinta tremendísima.... Te recomiendo prácticamente todas las películas de ella que adaptó Hitchcock, IMPRESIONANTES!

    Y me dejo para el final la maravilla de Las retrasadas, te he ido siguiendo en comentarios y cada frase que ponías me fascinaba más, a ver si lo encuentro en biblioteca y podemos comentarlo, que me da la sensación que es de esos que dejan huella y provocan una buena conversación (con café por supuesto jijij)

    Un abrazote Raquel!!!

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    1. Qué curioso lo que comentas de que a Pym sueles leerla por estas fechas. Curioso porque es verdad que hay costumbres literarias que el cuerpo te pide sin saber por qué. A mi me pasa con mi Naty, que ya me toca abordarla con el otoño entrante (aunque aun no haga el frío suficiente como para que esa necesidad sea imperiosa pues a Naty hay que leerla con mantita y café calentito) e incluso con Simone, a la que estoy recurriendo mucho últimamente por la paz mental que me transmite. Mientras tanto se cuelan joyitas como la de la Retrasadas o el Papel amarillo que son para emocionarse hasta el tuétano. Ya me contarás qué te parecen.
      Un abrazo gordo y nos leemos con café ^_^

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