La extraña desaparición de Esme Lennox - Maggie O´Farrell



Título original: The Vanishing Act of Esme Lennox
Edición: Salamandra. (4ª edición, 2017)
Traducción: Sonia Tapia Sánchez
Páginas: 217
ISBN: 978-84-9838-220-4
Precio: 16,00 €
Calificación: 9/10.

Lo que más me ha gustado: ¡Aviso! Este libro es altamente adictivo. Si lo abren será demasiado tarde y no podrán dejarlo, y cuando lleguen a ese final tan espectacular querrán poder seguir leyendo más y más. Con él se emocionarán, se enfadarán, patalearán, se indignarán, reirán, llorarán... Habrá momentos en los que la narración se muestre confusa pues una de las voces es la de Kitty, enferma de Alzheimer, con un discurso confuso, saltos de un tema a otro, pero con paciencia todo encaja. De esta manera Maggie tira de su amplio rango de recursos narrativos para contar una historia con reminiscencias victorianas en un estilo moderno, ágil y actual.

Lo que menos me ha gustado: La historia de Iris, la nieta, parece en ocasiones más una historia de relleno que otra cosa. Sin embargo, cuando terminas de leer el libro te das cuenta de que sus idas y venidas amorosas así como su carácter decidido son idóneos para crear un contraste entre la época de su abuela y la actual, de tal manera que "aparentemente" las mujeres sí somos hoy más libres y se supera el manido adagio de que cualquier tiempo pasado fue mejor. 
«Vean, damas y caballeros. Es de importancia crucial mantenerse totalmente inmóvil. Incluso respirar puede recordarles que estás ahí, de manera que hay que hacer sólo una respiración muy corta, muy superficial, lo justo para seguir viva. Nada más.» (Pág. 90)
Maggie O´Farrell
Maggie O´Farrell (Irlanda del Norte, 1972) llegó a mi lista de "pendientes" gracias a "Tiene que ser aquí" (Asteroide, 2017), cuya lectura he pospuesto al reeditar Salamandra esta novela anterior, publicada en 2007 y elegida Mejor Libro del Año por el Washington Post. Con un estilo brillante que la ha catapultado a ser considerada como una de las grandes voces contemporáneas, Maggie va depositando, página tras página, piezas dentadas de una historia llena de misterios e interrogantes para que vayamos recogiéndolas y así componer el puzzle de la misma. Sobre un hilo tejido en el presente tres mujeres van narrando, con tres voces diferenciadas, una trama con saltos en el tiempo, discursos inconexos y elipsis que van encajando unas con otras de forma impecable y que tienen como pegamento dos leitmotivs fundamentales: la traición y la represión. Érase una vez una chica a la que le tocó vivir en una época en la que ser una misma y disfrutar del don de la felicidad estaba mancillado con un nombre: HISTERIA. Las anteriores brujas eran condenadas a la hoguera pero se encontró una solución más "elegante": a las histéricas se les encerraba en un manicomio. ¿Qué es eso de no llevar guantes? ¿Qué es eso de no querer casarse y decir que prefieres estudiar? ¿Qué es eso de no mostrarte dulce, sumisa y obediente? La madre corta las alas, el padre tranca la cerradura, la hermana tira la llave. Tradición, deslealtad, Alzheimer y crítica social. Maggie O´Farrell combina todos estos elementos para crear una obra literaria magistral.
«Cuando te sedan hay un instante, antes de que te devore del todo la inconsciencia, en que el entorno real deja una impresión sobre ese nebuloso delirio en que te hundes. Durante un breve momento habitas dos mundos, flotando entre ellos.» (Pág. 198)
Todo comienza en un salón de baile. Dos mujeres. Dos hermanas. Una sentada. Otra de pie. La que está sentada se llama Kitty y observa, espalda erguida, guantes impolutos, su carnet de baile; lo abre y lo cierra; se pregunta si ese día, por fin, conocerá al hombre con el que irá a casarse, o sí, quizá, por fin, ese atractivo rubio que la hacer sonrojar, se acercará a ella y surrurará su nombre al oído. La que está de pie se llama Esme. Se apoya primero en un pie, después en otro. Se aburre. Ha perdido sus guantes. Está deseando regresar a casa, a sus libros. Perder de vista a ese rubio que a todo el mundo parece atractivo menos a ella. Librarse de ese vestido que la aprieta y, sobre todo, perder de vista a toda esa gente que baila y gira y da vueltas, sin disfrutar de los movimientos, cosa que no entiende porque ella es feliz moviéndose, mientras que esas personas lo hacen con un solo objetivo: llamar la atención de los hombres, ellas y escoger a la más apropiada de las mujeres, ellos. 
«Indefectiblemente, son las tareas sin sentido las que perduran: lavar, cocinar, ordenar, limpiar. Nunca nada majestuoso o significativo, sólo los rituales insignificantes que forman la urdimbre de la vida humana.» (Pág. 14)
O no. Quizás todo comienza en la India unos años antes. Cuando Kitty y Esme eran dos niñas felices, dos hermanas tan diferentes entre sí como dos personas pueden serlo pero que se querían, se apoyaban y se cuidaban mutuamente. Los abrazos de Kitty consolaban a Esme de la indiferencia de una fría madre más preocupada por las apariencias que por dar calor a sus hijas. Ya bastante calor hacía en la India. Kitty era la niña perfecta, todo aquello que su madre quería que fuese su hija: educada, tranquila, sumisa, obediente, dócil, dulce. Pero Esme, ¡ay, Esme!, ¡cuántos problemas das a tu pobre madre! Te escapas durante tus lecciones para ir a jugar con tu hermano pequeño Hugo y su olor a leche; te desatas los lazos del pelo; manchas tus vestidos; no usas los cubiertos correctamente; te repantingas en los sofás a leer tus libros y no sientes interés por nada de lo que le gusta a tu hermana. Aun así tuviste una infancia muy feliz, Esme, tremendamente feliz, afortunada Esme, hasta que sucedió aquello... Y toda la familia os mudasteis a Edimburgo, donde seguiste intentando ser feliz, hasta que sucedió aquello otro...
«—¿Sabes lo que pone aquí? Que antes cualquiera podía meter a su hija o a su mujer en un manicomio sólo con la firma de un médico de cabecera.
—Iris...
—Imagínate. Podías librarte de tu esposa si te hartabas de ella. O de tu hija si no te obedecía.
» (Pag. 67)
Edimburgo 
O no. Quizás todo empieza hoy. En una tienda vintage. Cuando Iris, su propietaria, recibe una llamada por la que descubre que una tal Esme es hermana de su abuela Kitty. La tal Esme, cuya existencia desconocía, de la que su abuela Kitty nunca había hablado, debe abandonar el manicomio donde está ingresada porque van a cerrarlo, así que Iris debe hacerse cargo de ella. Iris piensa en cómo va a hacer eso. ¡Bastante tiene con lo suyo! Está enamorada en secreto de su hermanastro Alex, un amor imposible porque él está casado. Va enlazando una relación con otra y su último amante está casado también, así no podrá amenazar el deseo de ella de no comprometerse. Pero ahora llega la tal Esme a su vida... ¿Qué hacer con ella?
«... y cuando los descubrí, cuando me los encontré sentados así juntos, los dos en el piano, y él mirándola como si estuviera viendo algo insólito y precioso y deseable, quise dar una patada, quise gritar: ¿Sabes cómo la llaman? La llaman el Bicho Raro.» (Pág. 148)
O no. Quizás todo empieza en una residencia de ancianos. Donde Kitty, enferma de Alzheimer, recibe una visita inesperada. Tiene pequeños momentos de lucidez en los que recuerda su infancia en la India, eso tan trágico que sucedió, la nueva vida en Edimburgo, el joven rubio tan atractivo que llegó a sus vidas, las ganas de casarse, el sueño cumplido, las ganas de ser madre... el sueño cumplido... ¿cumplido? 
«En la vida se pueden dar extrañas confluencias. Esme no dirá coincidencia, porque odia esa palabra, pero a veces piensa que hay algo en acción, un impulso, una colisión de fuerzas, un capricho de la cronología.» (Pág. 150)
Normas, normas y más normas. Unas se someten, como Kitty. Otras se rebelan, como Esme. A las que se someten les toca la injusticia del destino no elegido y de cargar con unas falsas esperanzas que se convierten en dulces amargos y sacan lo peor de ellas. A las que no se someten les toca la injusticia más brutal de tener que pagar con su vida por pecados que no son suyos; las víctimas son las culpables; y esa culpabilidad inoculada también saca lo peor de ellas. Los secretos familiares que crecen abonados por las convenciones sociales y regados por la incomunicación siembran esta excepcional novela donde te queda la sensación de aplaudir y, a la vez, consolar a Esme. Quién le mandaría a ella ser así... Esme, quién te mandaría... Pobre Esme... 

Comentarios

  1. Tengo ganas de leer a esta autora, hace ya tiempo que apunté su libro "Instrucciones para una ola de calor", y el año pasado veía "Tiene que se aquí" por todas partes. Y ahora me encuentro con el libro que comentas. Así que a ver si alguno de estos lo puedo leer en algún momento.
    Un abrazo

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    1. ¡Buenas tardes!
      «Instrucciones» no lo conocía así que ¡me lo apunto! Y respecto a «Tiene que ser aquí» me pasó como a tí, lo veía por todos los lados. Pero, fíjate, mi librera me aconsejó empezar por «La misteriosa desaparición» y luego leer el de «Tiene que ser aquí» porque aunque son libros distintos me dijo que así podía ver la evolución en su estilo. Sea como fuere Maggie me ha encantado así que leeré todo lo que pueda de ella porque me da la sensación de que es una apuesta segura.
      Un abrazo y gracias por pasarte por aquí <33

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  2. No sé cómo lo haces, Raquel pero es impresionante tu ritmo de lecturas, libro que reseñas, libro que me apunto, ¡no falla! (pero vamos que no me quejo, jajajaa)

    Esta semana he intentado pasar de puntillas por twitter, porque las úlceras se multiplican, ya me entiendes, así que no he visto tu reseña de Maggie hasta ayer por la noche.
    Este libro ha sido toda una sorpresa; aunque lo vi en librerías (y creo recordar que de pasada en el biblioteca), no me llamaba nada pero nada la atención, de hecho pensaba que la historia era otra cosa, (creo que la culpa la tiene la edición, que desde mi punto de vista no es muy acertada).
    Y mira, después de todo, casualidad, que vienes a reseñarla de esta manera tan especial; vamos, que me has dejado perpleja cuando empecé a leerte, no te digo más, por cómo lo cuentas, por lo que dejas entre líneas, por esos misterios de los que hablas... y esa protagonista, Esme, que tiene toda la pinta de ser de las que conquistan en la primera página.

    Es genial poder respirar un poquito en tu rincón, con el cafetito y encima hoy viernes, por fin! jejej
    Gracias por estas pequeñas joyas que nos descubres ^^
    ¡Un besazo!

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    1. Esas dichosas úlceras nos tienen carcomidas... así que te entiendo perfectamente. Yo suelo desconectar de Twitter sobre todo los fines de semana por mi propia salud mental y también para conectar con mi vida real y no perder la perspectiva.
      Debió ser cosa del destino que te cruzases con esta reseña después de verlo en librerías porque me da que Maggie (quien comparte nombre con nuestra admirada Atwood) que te está llamando. Es un libro duro y si no he hablado más de ello en la reseña es porque prefería quedarme con lo bueno que es este libro y dejar el misterio para quienes os decidáis a leerlo. Totalmente recomendable pero no lo leas cuando acabes el de Rebecca Solnit ;-) Que tu próxima lectura sea algo agradable para poder recuperarte de los cabreos que Rebecca con su verdades, y abriéndonos los ojos, nos provoca.
      Un placer, como siempre, querida amiga.
      ¡Un besote!

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  3. Hola, Raquel
    He estado postergando el momento de pasar por aquí, por esta reseña. Hay gente que pasa por los blogs y dice: "no te leo o te leo por encima, porque voy a empezar con este libro próximamente". Yo he hecho lo contrario. Voy a empezar el libro y ahora es cuando paso por aquí y me quedo asombrada por la fuerza (cada punto me ha parecido un impulso) que transmites en la reseña.
    No quería leerla antes porque sabía que no podía ponerme con la novela por culpa del tiempo. Y si te leía, me costaría mucho cumplirlo.
    Sería una obviedad decir que me ha encantado y que te agradezco mucho que no hayas desvelado "lo importante". Unas pinceladas aquí y allá lo suficientemente interesantes como para dejar que caigamos en la red.
    La empiezo con miedo y con muchas expectativas. Y espero que me guste y transmita tanto como lo ha hecho contigo.
    Muchísimas gracias por esta reseña. Deséame suerte en este viaje.
    ¡Un beso!

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    1. ¡Ay, Lidia!
      Qué palabras más motivadoras las tuyas... Te deseo muchísima suerte en este viaje lector que comienzas (quizás como he tardado un poco en contestarte ya lo hayas acabado) y espero con muchas ganas tus comentarios e impresiones sobre este libro.
      El otro día descubrí que Libros del Asteroide va a publicar otro libro de esta autora y estoy dando saltos de alegría pues Maggie O´Farrell se ha convertido en una de mis escritoras favoritas y lo bueno de ser "fan" de una escritora viva es que esperas con ansia la publicación de cualquier libro suyo...
      Un besazo y muchísimas gracias por pasarte por aquí y leerme con tanta atención. Es una gozada poder compartir la pasión lectora con otras lectoras tan entusiastas como tú <333

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    2. No me resistía a volver y decirte que me ha encantado (ha pasado a ser una de mis lecturas destacadas de este año junto al de "Los hombres me explican cosas"). Cuánto se puede contar y transmitir en tan pocas páginas. Seguiré muy de cerca a Maggie. Sé que ésto solo es el principio. ;)
      PD: He vuelto a leer tu reseña y ¡woh! todo ha tomado mucho más sentido.
      Un beso.

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    3. Qué alegría que coincidas conmigo en que leer a Maggie es convertirla en una de las lecturas del año. Es difícil hacer una reseña de este libro sin destriparlo y me hace muy feliz que te decidieses a leerlo. El año que viene más Maggie...
      Un besote

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  4. Hace solo unas semanas vi un comentario sobre el Dr. Azaka Solution Temple, alguien hablando sobre cómo la ha ayudado en su relación también lo contacté porque estaba enfrentando el mismo problema en mi relación, hoy puedo recomendar con valentía la solución del Dr. Azaka Templo para alguien que también enfrenta una ruptura en su relación para contactarlo hoy para obtener ayuda porque me ha ayudado a restablecer mi relación a la normalidad, aquí están sus datos de contacto: Azakaspelltemple4@gmail.com o whatsapp +1(315)316-1521, gracias señor Dios lo bendiga.

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