Americanah - Chimamanda Ngozi Adichie


Título original: Americanah
Traducción: Carlos Milla Soler
Edición: Penguin Random House (5ª ed. Febrero 2017)
Páginas: 606
Precio: 24,90 €
Calificación: 8/10

Lo que más me ha gustado: Su tono fresco y natural. Que introduzca fragmentos del blog de Ifelemu, su protagonista, le da una cercanía que no hay que confundir con superficialidad pues la autora toca todo tipo de temas: relaciones entre personas de distintas razas y de distintas clases, amistad, familia, emigración, inmigración, sexualidad, identidad, política, estructura social, micromachismos, microrracismos...

Lo que menos me ha gustado: desde el punto de vista literario es demasiado redundante. Repite varias ideas una y otra vez a lo largo del libro, quizás por su necesidad de dejarlas claras y obligar a lector a reflexionar sobre ellas. Así mismo, los capítulos dedicados a Obinze, el primer amor de Ifelemu, cuando emigra a Inglaterra, si bien necesarios porque permite esbozar la inmigración en ese país, me han resultado repetitivos. A veces simplemente reproduce escenas que Ifelemu ya nos había contado pero con otras palabras.
«La única razón por la que dices que la raza no fue causa de conflictos es porque desearías que no lo hubiera sido. Es lo que deseamos todos. Pero es mentira. Yo vengo de un país donde la raza no era motivo de conflicto; no pensaba en mí como negra, y me convertí en negra precisamente cuando llegué a Estados Unidos». (Pág. 373)
Chimamanda es una de esas escritoras que te caen bien desde el primer momento que la ves, y que la lees. Recuerdo que la conocí a través del video que círculo por Youtube en el que da una charla TEDxEuston proclamando con voz alta y clara «Todos deberíamos ser feministas». Me conquistó. A raíz de ahí leí «Una Flor Púrpura» y este año, aprovechando el reto #tochogate2017 de @criscanread me lancé a leer Americanah. Tras leerla, lo admito, me cae todavía mejor porque no solo es una gran oradora y una excelente comunicadora sino también una maravillosa narradora de historias de gran calidad. Dos notas me llaman la atención de ella que la diferencian con esa voz propia que la hace tan inconfundible: un excelente (aunque a veces mordaz, crítico e incisivo) sentido del humor y una sorprendente honestidad. Este es un libro que lo tiene todo para emocionar, para pararnos en una idea, subrayarla y reflexionar, para admirar, para denunciar.
«Ifemelu no está mal pero trae problemas. Es de las que discuten. Es de las que hablan. Nunca está de acuerdo.» (Pág. 84)
Aunque esta obra no sea autobiográfica en sí misma, es indudable que contiene aspectos inspirados en su propia vida. Así, Chimamanda, procede de una estirpe de mujeres con carácter: su abuela huyó con el hombre al que realmente amaba para casarse con él; su madre fue la primera secretaria de admisiones de la Universidad de Nigeria. A los diecinueve años, al igual que Ifemelu, protagonista de Americanah, viaja a EEUU con una beca de dos años en Comunicación y Ciencias Políticas de la Universidad Drexel, Filadelfia. En ese viaje toma conciencia por primera vez de algo que la atañe profundamente: la conciencia de raza. Si, obviamente, en Nigeria la máxima preocupación es la conciencia de clase, al llegar a Estados Unidos esa preocupación se une a otra nueva: es negra, en un país mayoritariamente de blancos que ven a los negros con condescendencia, temor y mucha distancia debido al desconocimiento que existe de la cultura. Hasta tal punto llega esa ignorancia que allí las personas de su continente no son guineanas, etíopes o nigerianos sino simplemente, africanos, como bien señala una de los personajes del libro. La identidad de Ifemelu se difumina. Ya no es nigeriana, es africana. (Atención, pregunta: ¿no sucede eso mismo en nuestro país y en prácticamente cualquiera de Europa?). Pero este intento social de invisibilizar sus raíces consigue disparar en la protagonista el resorte de respuesta: la reafirmación de sus orígenes. 
«Le gustaba, en particular, que en ese entorno de próspero desahogo, ella pudiera fingir ser otra persona, una persona admitida expresamente en un sacrosanto club estadounidense, una persona ornada de certidumbre». (Pág. 11)
En la primera parte del libro acompañamos a Ifemelu, una persona ciertamente ornada de certidumbre, a su visita a una peluquería africana de Trenton (Nueva Jersey) para trenzarse el pelo antes de regresar a Nigeria. Allí, en compañía de peluqueras y clientas de Mali, Senegal o Benin, recuerda su vida en Lagos y los motivos por los que dejó su país para instalarse en Filadelfia. El pasado al que dio la espalda en Lagos, las necesidades económicas que siguieron a su llegada al país del sueño americano, su proceso de adaptación al mismo, es narrado por Ifemelu con una gran transparencia. No omite el racismo sufrido, ni siquiera el peor, ese racismo invisible que flota en las palabras, en las miradas y en los comportamientos inconscientes. Negras que usan blanqueadores de la piel, alisan su pelo, adaptan su acento al estadounidense, leen revistas en las que solo aparecen mujeres blancas y venden productos para blancas... todo ese cosmos es percibido por Ifemelu como un universo extraño, completamente ajeno y extranjero. 
«Y pensó, observándola, que la antigua tía Uju nunca habría llevado unas trenzas tan descuidadas. Jamás habría operado esos pelos que le crecían hacia dentro en la barbilla, grandes como pasas, ni se habría apuesto pantalones que le formaban bultos en la entrepierna. Estados Unidos la había sometido.» (Pág. 147)
Mi próxima lectura de Chimamanda. <3
Pero Ifemelu es una mujer de carácter, firme en sus convicciones, sin miedo a explorar cuanto le rodea, y aprovecha todas esas experiencias para crear un blog: Raza o Curiosas observaciones cargo de una negra no estadounidense sobre el tema de la negritud en Estados Unidos. A través de ese blog yo, como mujer blanca europea, percibo la cantidad de veces que he podido ver con cierta superioridad mi cultura frente a la nigeriana, el color de mi piel frente a otros colores, de forma tan sutil y tan inconsciente que no he sido conocedora de ello hasta que leyéndola he pensado:¡ay va!. Por ejemplo, nunca me había parado a pensar en cómo es realmente el cabello africano (una seña de identidad importantísima para ellas) o cómo es el maquillaje que usan o qué inquietudes tienen en su día a día. Pequeños detalles que son solo la punta del iceberg de ese tema tan transcendental para la vida de una persona como es la raza. El episodio que narra el proceso electoral de Obama y su victoria en las elecciones es de una gran sensibilidad, lleno de esperanza, ilusión y tan transcendente como el nacimiento de un hijo porque para ellos era el nacimiento de una nueva era: una en la que, quizás, el tema de la raza dejase por fin de ser tan determinante en el día a día de una persona. 
«—¿Señora? Creo que el suyo es el espíritu de la repelemaridos. Es usted demasiado severa, señora. No encontrará marido. Pero mi pastor puede destruir ese espíritu». (Pág. 532)
En la segunda parte, Ifemelu regresa a Nigeria. Ya es una Americanah, término burlón con que los nigerianos se refieren a los que vuelven de Estados Unidos dándose aires, y de nuevo se ve obligada a reafirmar su identidad ante aquellos que ya no la consideran una nigeriana auténtica al flotar sobre ella la sospecha de que se ha americanizado, de que juzga a su país y a sus costumbres con condescendencia, en fin, que se comporta con ellos como los americanos se comportaron con ella durante su estancia en ese país. Ifemelu, igual que no idealizó la cultura estadounidense, tampoco idealiza la nigeriana: habla de corrupción, pobreza, sometimiento de la mujer, transacciones emocionales... Todos los temas que trata los barniza de una universalidad que no es difícil encontrar equivalentes en la situación de la mujer en otras culturas o en otros países. Una novela que, como bien dice la portada, trata sobre el amor, la raza... y el pelo afro y que lo hace con una frescura pero con una profundidad al mismo tiempo que es inevitable, después de leerlo, enamorarte un poco de Chimamanda y de su cultura nigeriana. 

Comentarios

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